Ficha técnica:
Título: Ritmo y bola
Autor: Gabriel Ecoutin
Ilustrador: Olivier Fagnère o Stéphane Escapa (según edición)
Editorial: Cocktail Games
Hay juegos que tienen una aplicación didáctica evidente.
Quizás sea por su temática o por sus mecánicas, sea lo que sea hay algo que los
hace claramente apropiados para el aula. Ritmo y bola es uno de esos juegos.
Aunque fue creado como un party game (y para muchos lo será), parece también
diseñado a propósito para el aula de música. ¿Un juego en el que hay que hacer
ritmos y gestos sin perder turno y que además funciona con grupos grandes? ¡Lo
compro! Sin saber más ya suena perfecto.
No es raro por tanto que Ritmo y Bola sea ya un viejo
conocido entre los juegos usados dentro del Aprendizaje Basado en Juegos en el
ámbito de la educación musical. Con pocas o ninguna variación de las reglas el
juego ya funciona bien y cumple su objetivo. Además es muy divertido y barato.
En definitiva, una apuesta segura.
Desde que lo compré hace ya algunos años he jugado muchas
veces a Ritmo y Bola en clase, tanto en Primaria como en Secundaria e incluso
en algún campamento musical. Sin embargo, su uso, aunque exitoso, siempre ha sido
jugar al juego sin variantes destacables. A finales del curso pasado me propuse
desarrollar una propuesta didáctica que aún siendo ligera, le sacara más
provecho al juego intentando abarcar otras áreas de la educación musical como
el movimiento o la audición y fuese una oportunidad para incluir alguna música rock
en la clase. Este fue el resultado:
LA PROPUESTA DIDÁCTICA
Destinatarios: 6º EP
Duración: 3 sesiones
Puesta en práctica: Junio 2018
MOVERSE
¡Cartas al suelo! |
Todo empieza con las cartas repartidas por todo el espacio
del aula sobre unos círculos de goma, que simplemente las hacen más visibles
para que nadie las pise. Cuando el grupo entra comienza el juego. Mientras
suene la música pueden andar libremente por el aula, pero cuando esta pare
deberán estar junto a una carta y hacer el gesto que vean. Tras algunas
repeticiones las pautas van cambiando: acabar junto a una carta que nos guste
(o no), la que tenga nuestro estado de ánimo, la que resulte más ridícula...
En proceso de creación |
También propongo ideas para que los gestos se conviertan en
algo más grande: hacer una escultura con todo el cuerpo solos o con un
pareja, copiar la figura de otra
persona, pensar cómo se movería el personaje de nuestra carta y desplazarse así
hasta la siguiente... En la última sesión la tarea final consistió en formar
grupos de 3 y escoger 3 cartas a partir de las que crear una pequeña
dramatización.
JUGAR
El primer paso para aprender a jugar a Ritmo y bola es
aprender el ostinato de percusión corporal y familiarizarse con la mecánica del
juego. Para ello, tras repartir las cartas hacemos una ronda en la que cada uno
muestra su gesto, primero sin percusión corporal y después ya con el ritmo,
pero simplemente yendo en orden alrededor del círculo. Por último, jugamos
llamando con los gestos a quien se quiera, pero sin ninguna norma más ni
importar los errores.
El ostinato |
En la segunda sesión ya jugaron con la penalización de coger
carta al fallar, aunque sin cartas de bomba. La verdad es que nunca las uso. La
variante que sí usamos al final fue que cuando alguien fallaba todos pasaban
una carta a su derecha, lo que complica el juego a todos. Como variante que
quedó pendiente me habría gustado que en grupos crearan nuevos ostinatos de
percusión corporal con los que se pudiera jugar, pero no dio tiempo.
Y ESCUCHAR
Aprovechando la circunstancia de jugar a Ritmo y Bola, fue
una buena oportunidad para escuchar "We Will Rock You" de Queen y
otras canciones que habían sonado durante las actividades de movimiento. La
selección incluía canciones variadas de los Beatles, Queen, Pink Floyd,
etc. Con ellas les propuse la tarea de
comprobar si el ostinato que hacíamos encajaba con todas y porqué. Teniendo en
cuenta que no todas las canciones estaban en 4/4 fue una actividad interesante.
UNOS APUNTES FINALES
Como ya se puede intuir en el texto, las actividades aquí
descritas fueron repartidas a lo largo de 3 sesiones. La idea era que siempre
hubiera una parte de movimiento y otra para jugar al juego y quizás escuchar
las canciones. Para hacer todo esto solo hizo falta una copia del juego.
Personalmente prefiero la edición vieja del juego con ilustraciones de
Olivier Fagnère, aunque me temo que simplemente porque es con la que más he
jugado. Los círculos de goma usados en las actividades de movimiento provienen
del juego Twister Scram. Son un gran material, pero ya está descatalogado.
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